Los hábitos de alimentación y de higiene juegan un papel decisivo en el desarrollo y la protección de los dientes y encías. Se pueden reducir las enfermedades y afecciones bucodentales si se eliminan los factores de riesgo comunes como: la ausencia de higiene bucal adecuada, el tabaco y el consumo de alimentos deficientes desde el punto de vista nutricional.