La pérdida del color natural debido a la edad, el color amarillo debido a malos hábitos como el tabaco, el color oscuro de la dentadura, el cambio de la tinción por patologías concretas ajenas a la higiene bucal o los hábitos en la alimentación son algunas de las razones que aconsejan someterse a un blanqueamiento dental.
Nunca deberíamos hacer un tratamiento de blanqueamiento dental, como el uso de un dentífrico blanqueador, sin antes consultarlo con el odontólogo, menos aún en menores de 12 años, en caso de estar embarazada o de padecer caries u otra patología bucodental.